viernes, 23 de mayo de 2014

Historias mínimas.

Estaba en mi oficina trabajando como siempre. Como todos los días, desde  la mañana a por la noche. . Eran ya las doce y media .Fui a tomarme un café y las calles estaban vacías. No había nadie. Todo estaba desierto. A partir de ese momento, todos mis días fueron así. Esto se convirtió en rutina.

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